He intentado alcanzar los objetivos de toda buena obra: enseñar, deleitar y hacernos compañía.
miércoles, 6 de agosto de 2014
ANTE LA MUERTE DE UN HIJO
Cuánta agonía puede
soportar un corazón
nadie lo sabe.
Cuando se muere un hijo
se abren de par en par
las carnes del alma,
que en un quejido
incontenible
se desgarran.
Llegue a Ti, Dios mío,
tanto dolor
que en alma humana
no cabe.
Y préstale tu infinito valor,
Dios mío, para que,
junto con la del hijo,
su vida no acabe.
No hay mayor convulsión
desde que creaste el mundo de la nada.
Lo que sufrió el universo
lo padece ahora una sola alma.
Cuánto madrugaste,
muerte impía y obscena,
para arrancar la vida
de una carne tan temprana
seduciendo su alma
clara, serena.
Te maldigo, muerte,
si no creyera
que un Dios,
Padre bueno y omnipotente,
ya te arrebató la pena
porque su Hijo,
muriendo en la cruz,
nos salvó de la condena;
y ahora Pedro Goitia descansa
en la paz eterna y verdadera
gozando de la dicha infinita
del Dios Bueno a la diestra.
(6 de octubre de 2006)
sábado, 12 de abril de 2014
Reseca como ladrillo
la piel del alma;
duro como piedra
el brillo de su
mirada.
Extraviados los
senderos
que conducen a la
nada.
Vacía la fuente de
las lágrimas.
Desiertos los
jardines de la mirada.
Cumbre remota y
lejana
por nadie alcanzada.
Cueva oscura y
sombría
por nadie habitada.
Llanura sin fin,
sin un árbol ni
una sola planta.
Ni una gota de agua
que la sed atenúe.
Ni una brizna de luz
que la oscuridad
alumbre.
Tremenda soledad
la soledad del
corazón.
Mil anhelos
desgarran a tiras
la piel de la vida.
Mil suspiros
no apagan
del corazón la llama
de la compañía.
sábado, 25 de enero de 2014
DUALIDAD
El ser humano
se mueve siempre
entre dos polos:
ciencia y fe,
razón y corazón.
¿Qué debe prevalecer
si ambas cosas son de
Dios:
el pensamiento o los
sentimientos?
¿La oscuridad de la
fe
o la luz del
pensamiento?
Dos raíles que deben
ir paralelos,
nunca superpuestos,
siempre juntos.
Dos elementos
insustituibles
de un mismo conjunto.
Dos ojos que
conforman
una sola mirada.
Dos aspectos, dos
vertientes,
dos arroyos que
confluyen
en una misma
corriente.
¿Qué sería del
corazón
sin el pensamiento?
¿Qué del sentimiento
sin la razón?
¿Qué es lo primero
o cuál es lo
postrero:
la ciencia o la
creencia?
La ciencia sin la fe
está vacía.
La fe sin la ciencia,
oscurecida.
La ciencia presta su
luz humana
a la fe que es
ciencia divina.
Dos caminos, dos
estelas
hacia la única Verdad
constituida.
De igual modo
la razón ilumina el
sentimiento,
y el corazón
da luz y calor a la
razón.
Así es nuestra
constitución
y renunciar a ella es
disparate.
El pensamiento sin sentimiento
es frío, inhumano;
el sentimiento sin el
pensamiento,
caballo desbocado.
El humano
conocimiento
es sólo un destello
de la divina
Sabiduría
y alcanzarla es el
anhelo
de los espíritus
angélicos
y de los hombres en
su destierro.
martes, 21 de enero de 2014
Tus ojos
TUS OJOS
Dos gaviotas tus ojos
vuelan mares de
ensueño.
Mil puñales tu
palabra
se clavan en mi
pensamiento.
Que tus ojos son puñales de sangre,
banderillas de fuego.
Hablas con tu mirada,
miras con tu palabra.
Se enciende el aire
con tu presencia,
tiembla de brillo la
tarde
cuando tus cantarinos
pasos
dan rienda suelta a
tu talle.
Que tus ojos son banderillas de fuego,
puñales de sangre.
Tus ojos andan libres
de tu cuerpo
de tanto fuego que
arde en ellos.
Que tus ojos son puñales de sangre,
banderillas de fuego.
No me cansa tu
presencia,
no me canso de
mirarte.
No me cansa el
remanso de tus brazos
ni tu ternura al
contemplarme.
Que tus ojos son banderillas de fuego,
puñales de sangre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)