LA LUNA
La puerta está
cerrada.
Las ventanas,
despiertas.
Oteando en la lejanía
el titilar de las
estrellas
un pedazo de Luna
que en un negro mar
navega,
encrespada de nubes,
del horizonte se
aleja.
Otros astros más
arriba
con envidia la
contemplan
como a mujer encelada
que seductora
contornea,
en su lento caminar,
sus nubiles caderas
semidesnudas, de
sutiles
tules de luz
cubiertas.
¡Ay, Luna, Luna,
amante de los poetas,
envidia de las
estrellas,
¿a quién quieres
seducir
a cara descubierta?
Es genial, en su poesía puedo apreciar su calidad humana, por su gran sensibilidad al describir la vida, el amor.
ResponderEliminarLos que tuvimos la suerte de tenerle en nuestras vidas, hemos sentido y conocido el amor incondicional. Gracias por hacernos felices para siempre