domingo, 11 de noviembre de 2012

 
Ya sé que lees con mis ojos
como en un libro abierto
los quehaceres, los olvidos
y mis miedos;
y me perdonas sin rencor
mis involuntarios tropiezos,
pero sé también que
nunca olvidas
la mentira, la infelicidad
y el despecho.
Sé que soy egoísta.
Te quise porque sí
cuando nos conocimos,
y ahora te quiero,
no por lo que vales,
sino por lo que haces conmigo.

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